Margarita Salas, descubridora de la lectura de copia del ADN
—
Margarita Salas es un referente de la investigación española, precursora de la bioingeniería y de la metagenómica.
Margarita nació en Canero, Asturias, en 1938. Sus padres no compartían eso tan normal en la España de entonces de que el sitio de las mujeres estaba en casa con los hijos, y siempre tuvieron claro que sus hijos, tanto el chico como las chicas, tenían que hacer carrera universitaria.
Mientras estudiaba química en la universidad, en el verano de 1958, conoció a Severo Ochoa, quien tuvo una gran influencia en su vida y carrera y la orientó hacia la bioquímica. Tras graduarse en 1960, quiso hacer un doctorado, pero… en ese momento era rarísimo que algún profesor aceptase dirigir la tesis de una mujer, era la época de auge de la España franquista. Finalmente, Alberto Sols, por hacerle un favor a su amigo premio Nobel Severo Ochoa, aceptó dirigirle la tesis y en 1963, con 24 años, Margarita se convirtió en la primera doctora en Bioquímica de España con su tesis “Especificidad anomérica de la glucosa-6-fosfato isomerasa”, en la que descubrió una propiedad de la enzima, la actividad de anomerización, inédita hasta la fecha. De esta época Margarita dijo: “En las reuniones con hombres no se dirigían a mí, ni siquiera me miraban. Me consideraban una intrusa caprichosa que cuando me hartase de jugar con probetas me casaría, tendría hijos y dejaría la ciencia”.

Durante la realización de su tesis conoció al que sería su marido, Eladio Viñuela, un químico cacereño que también hacía la tesis con Sols. Tras contraer matrimonio y concluir sus respectivas tesis doctorales, la pareja se encontró con que en las facultades españolas no había asignaturas de Bioquímica Molecular, su especialidad, así que a finales de 1963, decidieron poner rumbo al laboratorio de Severo Ochoa, en el Departamento Científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. En este laboratorio, usando la bacteria modelo Escherichia Coli, Margarita realizó relevantes aportaciones sobre los mecanismos básicos de la transcripción y traducción, destacando que, demostró que durante el proceso de replicación, cada vez que una célula se divide, la copia del ADN se realiza en un orden concreto: del extremo 5’ al extremo 3’, y también que, logró evidenciar que en la molécula de ARNm, copiada a partir del ADN, existen tres nucleótidos concretos (el llamado triplete UAA) que constituyen una señal de terminación de la síntesis de las proteínas.
En 1967 la pareja decidió regresar a España, a Madrid, y con ayuda de financiación estadounidense fundaron el primer grupo de investigación en Genética Molecular de nuestro país, dentro del Centro de Investigaciones Biológicas del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Aquí eligieron como sistema de trabajo el bacteriófago Phi29 (F29) que infecta a Bacillus Subtilis, para estudiar su morfogénesis y los mecanismos de transferencia de la información genética. Aunque inicialmente empezaron a trabajar juntos, el trabajo de Margarita en España no era reconocido por ser mujer, ella sólo era la “esposa de” Eladio Viñuela, por ello, con el fin de que el trabajo de Margarita fuese valorado como merecía, en 1970 Eladio decidió separar sus caminos de investigación, con lo que la investigación del Phi29 quedó, exclusivamente, bajo la dirección de Margarita. Primero determinó la estructura de la partícula viral y caracterizó las diferentes proteínas que forman las distintas estructuras del fago, estudió la transcripción del DNA del fago mediante la purificación y la caracterización de la RNA polimerasa de la bacteria huésped de Phi29, y realizó el primer mapa físico y genético del fago utilizando para ello por primera vez en España una enzima de restricción, EcoRI. La llegada de la ingeniería genética le permitió el clonaje de los genes para la sobreproducción de las proteínas correspondientes, así como la mutagénesis dirigida para realizar estudios de correlación entre estructura y función. Esto permitió esclarecer el complejo sistema de regulación de la expresión del DNA de Phi29 y el estudio de la replicación del DNA de Phi29 le permitió identificar una proteína unida covalentemente a los extremos 5′ del DNA, que denominó proteína terminal, y que era usada como cebador para el inicio de la replicación del DNA de Phi29, descubriendo así un nuevo mecanismo para la iniciación de la replicación de genomas lineales, logrando así la síntesis in vitro de DNA a partir de cantidades pequeñas de DNA de Phi29. El proceso fue patentado, y esta patente (Luis Blanco, Antonio Bernad y Margarita Salas) ha generado más de un millón de euros al año en concepto de royalties en el tiempo en el que estuvo en vigor (2003-2009) y ha sido sin duda la más rentable del CSIC. Las propiedades de la DNA polimerasa del bacteriófago Phi29, la han llevado a ser utilizada en todo el mundo en estudios de medicina forense, paleogenética u oncología entre otros. Como ella misma explicó en una entrega de premios “Cuando uno tiene cantidades pequeñas de ADN, como un pelo hallado en un crimen o unos restos arqueológicos, esta ADN polimerasa amplifica millones de veces el ADN para poder ser analizado, secuenciado y estudiado”
Unos años más tarde, en 1975, se fundaba el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa (sede de investigación mixta entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), bajo la iniciativa del premio Nobel. Margarita empezó a trabajar en este centro en 1977 como directora del equipo Replicación y Transcripción del DNA del bacteriófago Phi29.
Margarita también ha sido altamente valorada por su labor docente. Desde 1968 a 1992 fue profesora de Genética Molecular de la Facultad de Químicas de la Universidad Complutense. Según confesó, la enseñanza significó para ella una fuente de grandes satisfacciones. Asimismo, en su laboratorio ha formado científicas y científicos que posteriormente han establecido sus propios grupos de investigación y gozan hoy de un merecido reconocimiento en sus áreas de trabajo, tanto a nivel nacional como internacional. Salas ha insistido en más de una ocasión en estar “muy orgullosa de los numerosos estudiantes brillantes y colaboradores que he tenido durante largos años”.
Ella siempre creyó en la importancia de la divulgación de la ciencia para que la sociedad comprenda las ventajas que tiene la investigación y los descubrimientos que se están haciendo. Sobre la investigación, comentó en una de sus múltiples entrevistas: “Lo importante es hacer investigación básica de calidad, de ella pueden salir resultados aplicables que no son previsibles a primera vista” y “un país sin investigación es un país sin desarrollo […] Lo que tendrían que hacer nuestros políticos es hacer un pacto de estado por la ciencia, gobierne quien gobierne. Estamos desperdiciando el tiempo y el dinero que empleamos en formar investigadores, porque no se quedan en España, se van y no vuelven”.
En cuanto al feminismo también decía “Yo no quiero cuotas, no quiero que a las mujeres se nos dé nada por el hecho de ser mujeres, que se nos dé si lo valemos, pero que no se nos quite por el hecho de serlo”
Margarita jamás se retiró. Estudió y se mantuvo en contacto con alumnos y colegas hasta el día de su muerte, el 7 de noviembre de 2019.
Son innumerables los premios y reconocimientos que está mujer ha recibido, por destacar algunos: Fue durante nueve años presidenta del Instituto de España, organismo que agrupa a la totalidad de las Reales Academias españolas. En el año 2007 se convirtió en la primera española miembro de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Desde 1988 fue miembro de la Real Academia Europea, y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, y en 2003 era la primera bioquímica que ingresaba en la Real Academia Española de la Lengua, ocupando el sillón i, el de investigación, como solía decir Margarita. Además, fue nombrada doctora honoris causa por numerosas universidades: Universidad de Málaga en 2009, UNED en 2011, Universidad Autónoma de Barcelona en 2018 y un largo etc. En 2015 fue nombrada Asturiana Universal. Desde 2015 tiene su propio museo en Luarca y es la única mujer que tiene su figura en la galería de la ciencia en el Museo de Cera de Madrid. En 2018 fue incluida en la Tabla Periódica de las Científicas para conmemorar en el 2019 el Año Internacional de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos (150 aniversario de la publicación de Mendeleiev). En 2019 recibió también el Premio al Inventor del año, entregado por la Oficina Europea de Patentes y, además hizo doblete, con la distinción a toda una carrera y la del voto popular, algo nunca visto en toda la historia del galardón. En 2021, Correos dedicó un sello postal a Margarita dentro de la serie Mujeres en la ciencia.
Patricia Mazón Canales
Referencias:
- Bolivar, J. «Científicas. Una enzima, una revolución: Margarita Salas» Ed. Guadalmazán 2018
- BBVA Aprendemos juntos: Entrevista a Margarita Salas
- Viguera Mínguez, E. “Semblanza in memoriam Margarita Salas” SEBBM Divulgación. Acércate a nuestros científicos, 2019.
- Cuaderno de Cultura Científica Zientziakultura «El bacteriófago ø29 como sistema modelo en biología molecular» por Margarita Salas
