Marie-Anne Pierrette Paulze-Lavoisier, madre de la química moderna
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Desde el principio de los tiempos aquellos que se dedicaban a la ciencia estaban influenciados por teorías y prácticas esotéricas y alquimistas. Esto siguió siendo así hasta el siglo XVIII. En este siglo, la revolución científica iniciada en el Renacimiento dio paso a la Ilustración, comenzando así uno de los periodos intelectualmente más activos en la historia. Se daba un ambiente donde la búsqueda del conocimiento, la razón y la educación cobraban cada vez más importancia. Se trataba de dar nuevas explicaciones a fenómenos de la naturaleza y del universo. Ésta también fue la época del gran cambio para la química. A partir de ese momento se van dejando atrás las técnicas e ideas arraigadas en lo mágico, en lo místico y la química comienza a convertirse en una auténtica ciencia. Hubo dos figuras clave para el logro de este cambio, y una de esas personas fue Marie-Anne Pierrette Paulze, conocida como la “madre de la química moderna” por el importante papel que desempeñó en este proceso.
Marie-Anne nació en Montbrison, Francia, en 1758. Hija de Claudine Thoynet y Jaques Villee Paulze, abogado parlamentario y financiero que trabajaba principalmente para la Ferme Générale, compañía contratada por la monarquía francesa para cobrar impuestos. Era la única hija de cuatro hermanos. A los tres años fallece su madre y su padre decide enviarla a un convento. Esto contribuyó a que recibiera una educación de gran calidad en aquella época, puesto que los conventos no sólo eran centros de vida religiosa, eran instituciones de almacenamiento y transmisión del conocimiento. Aprendió varios idiomas, entre ellos latín e inglés y también pintura.
A los 13 años la baronesa Anne Marguerite Perret pide a su padre la mano de Marie-Anne para su hermano, el conde de Amerval que tenía 50 años. Evidentemente ni su padre, ni ella estaban de acuerdo con ese matrimonio, pero en aquel entonces oponerse a los deseos de una baronesa podía poner en juego su estatus y prestigio. Al final su padre encontró la solución casándola en 1771 con uno de sus empleados, Antoine Laurent Lavoisier. Antoine era un noble, abogado, economista y químico más cercano a la edad de Marie-Anne (tenía 28 años) y más acorde a los gustos y personalidad de esta. Su unión fue feliz durante años.
Por aquel entonces Antoine era ya un reconocido científico y Marie-Anne comenzó a trabajar con él. Como el interés de ella iba creciendo, recibió formación en diversas áreas científicas de la mano de importantes químicos colegas de Antoine. Disponían de un laboratorio donde pasaban mucho tiempo juntos, trabajando en equipo. Él llevaba a cabo experimentos y ella registraba meticulosamente observaciones, protocolos y resultados. También elaboraba esquemas de los aparatos que utilizaban. Con el tiempo, Marie-Anne también asumió la tarea de editar y organizar la publicación de todos los informes de sus investigaciones.

Imagen: Wikimedia Commons.
Conjuntamente, los dos modernizaron y transformaron el campo de la química. Se dedicaron a estudiar la noción de flogisto que venía de la alquimia y que era esencial en química en ese momento. El flogisto era el nombre de una sustancia hipotética que se encontraba en todos los compuestos inflamables y que se liberaba durante la combustión. Como Marie-Anne dominaba el latín, inglés y francés llevó a cabo traducciones de varios trabajos acerca de ese tema. Seguramente su traducción más importante fue “Essai sur le Phlogistique” (Ensayo sobre flogisto) de Richard Kirwan. No sólo realizó la traducción de la obra sino que la enriqueció introduciendo notas al pie en las que indicaba los errores químicos que ella detectaba en el trabajo. La lectura de estas traducciones hizo que Antoine llegase a la convicción de que la hipótesis del flogisto era incorrecta lo que le llevó a centrarse en sus estudios sobre la combustión y de ahí al descubrimiento del papel del gas oxígeno en este proceso.
Pero no todo son alegrías en esta historia, en mayo de 1793, ya en la etapa del Reinado del Terror de la Revolución francesa, Antoine Lavoisier y Jaques Paulze fueron acusados de traición debido a su posición en la Ferme Générale. Les hicieron prisioneros a los dos. Marie-Anne visitaba asiduamente a su esposo en la prisión de Port-Libre, e incluso trató de liberarle esgrimiendo la importancia de las investigaciones científicas que realizaban y lo relevantes que serían para Francia. No hubo nada que hacer y tanto Antoine como el padre de Marie-Anne fueron decapitados el 8 de mayo de 1794 en París. A ella la encarcelaron durante un tiempo y se le confiscaron todos sus bienes, incluyendo el laboratorio y los cuadernos de sus investigaciones. Al ser liberada, logró reunir documentación que también completó con experimentos adicionales y más tarde publicaría, corriendo ella misma con los gastos, en 1803 con el título de “Memorias de Química de Lavoisier”, libro que sentó las bases de la química moderna. Estaba decidida a que su trabajo no se perdiera en el caos político de la época.
Años después, en 1805, Marie-Anne volvió a casarse de nuevo, con un científico americano en este caso, Benjamin Thompson, Conde de Rumford. Este matrimonio no duró mucho, tras tres años de convivencia acabaron separándose. Thompson no la incluía en sus experimentos, además también la criticaba en cuestiones domésticas, por lo que su relación no fue igual de feliz que con Antoine.
Marie-Anne mantuvo toda su vida el apellido de Lavoisier como muestra de la devoción que guardaba a su marido. Falleció en 1836 a los 78 años en su casa de París.
El legado de Marie-Anne Pierrette Paulze-Lavoisier es un testimonio de su inteligencia, perseverancia y pasión por la ciencia. Su meticuloso trabajo como traductora, ilustradora, editora y colaboradora en los experimentos de Antoine Lavoisier fue clave para la consolidación de la química como ciencia moderna y rigurosa. Su figura, a menudo opacada por la de su esposo, merece también un gran reconocimiento, pues sin su contribución, la historia de esta disciplina habría sido muy distinta. Su vida y obra la convierten, con total justicia, en la “madre de la química moderna”.
Ana María Gutiérrez Vílchez
Referencias:
- Wikipedia-Marie-Anne Pierrette Paulze
- Mujeres con ciencia-Marie-Anne Pierrette Paulze
- Adela Muñoz Paéz, Madame Lavoisier: la madre de la química moderna, Redes no. 8, 68-69
- https://bertomeu.blogs.uv.es/arxius/1262
- https://libros.com/crowdfunding/cientificas-que-conducian-ambulancias-en-la-guerra/updates/1
Gracias Ana. Como no soy quimico no me entere de la teoria del flogisto hasta que lei a Thomas Khun cuando hice mi primer postdoc en Gottingen y como el trabajo de los Lavoisier significo el cambio de paradigma q nos llevo a la quimica. Y de ahi a farmacos a la bioquimica etc