Concepción Aleixandre, la ginecóloga que abrió camino.
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Hace unas semanas estaba ojeando la red en busca de inspiración para uno de los artículos del blog cuando fui a parar a un vídeo corto de “Reportajes UMH TV”. En este vídeo se conmemoraba el día internacional de la mujer de hace unos años y se hablaba de que uno de los nuevos edificios del Campus de San Juan de la UMH lleva el nombre de la ginecóloga valenciana Concepción Aleixandre, una figura hasta ese momento totalmente desconocida para mí. Como ocurre con tantas otras mujeres más en distintos campos, este debe ser uno de esos nombres que apenas ocupan una línea en los libros de texto y eso que, tras conocer su historia, habría para llenar más de una página.
Concepción Aleixandre Ballester fue médica, inventora, defensora de los derechos femeninos y una voz firme en tiempos en los que las mujeres apenas tenían derecho a hablar.
Concepción nació en Valencia en 1862, en el seno de una familia culta y acomodada, hecho que fue de gran importancia para que ella tuviese oportunidad de conseguir sus metas. A pesar de que vivió en una época en la que la sociedad reservaba a las mujeres un papel casi totalmente exclusivo en el ámbito doméstico, su familia siempre la apoyó y motivó a aprender.
Realizó los estudios de Bachillerato en el instituto Luis Vives, finalizando en 1883. Justo después se matriculó en la Escuela Normal Femenina de Valencia donde superó el examen de grado de maestra de enseñanza elemental ese mismo año. A pesar de tener el diploma que le permitía enseñar, no llegó a ejercer nunca porque tenía otra vocación: la medicina.
Estudiar una carrera universitaria era entonces, finales del siglo XIX, un privilegio reservado en exclusiva a los hombres. El hecho de que las mujeres no querían o no debían estudiar se daba por sentado. Para situarnos más en el contexto histórico, es importante saber que no fue hasta 1910 cuando, tras una orden real firmada por el rey Alfonso XIII, se permitió el acceso de las mujeres a las universidades españolas sin ningún tipo de restricción. Pero Concepción se matriculó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valencia en el curso 1883-1884 enfrentándose por lo tanto, no solo a los prejuicios sociales, sino también a trabas institucionales. Para poder ingresar en la universidad tuvo que solicitar un permiso especial al Ministerio de Fomento, organismo encargado en aquel entonces de los asuntos educativos en España.

En la universidad, Aleixandre coincidió con Manuela Solís Clarás, que se había matriculado un año antes, y con Sinesia Pujalte Martínez que abandonó sus estudios en el quinto año de carrera. Es evidente que su presencia en aquella época no pasó desapercibida en las aulas al ser tres mujeres en una facultad llena de hombres. Concepción obtuvo el título de licenciada en medicina y cirugía en 1889 con unas notas muy brillantes, logró 20 sobresalientes de las 24 asignaturas que comprendía la licenciatura. Fue la novena mujer española en tener un título universitario y, ella y Manuela, fueron las primeras licenciadas en medicina por la Universidad de Valencia. Pero su carrera no terminó aquí, se especializó en ginecología y se trasladó a Madrid para doctorarse, desarrollando allí toda su actividad profesional.
Aleixandre comenzó a trabajar en 1891 en el Hospital de la Princesa como médica auxiliar y también en la Casa Provincial de Maternidad e Inclusa. Muy comprometida con la medicina y con la beneficencia, no se dedicó sólo a trabajar en el hospital, sino que tenía una consulta privada en su domicilio donde asistía a mujeres pobres de forma gratuita. Con el tiempo, continuó abriendo diferentes consultas por diferentes barrios de Madrid, atendiendo a personas de todas las clases sociales. Se decía que daba un trato muy amable y cercano a sus pacientes lo que hizo que, poco a poco, aumentase el número de pacientes que acudía a ella convirtiendo sus consultas ginecológicas en famosas.
Su labor como doctora no quedó sólo en el ámbito del tratamiento de pacientes, siempre estuvo muy interesada en la educación sanitaria y la divulgación para tratar de acercar el conocimiento y la información a las clases medias y bajas. Ella defendía que “una sociedad informada es una sociedad más sana”. Participó en conferencias y escribió artículos sobre higiene y salud femenina tratando de orientar sobre la prevención de enfermedades. Promovió la higiene en el hogar y la importancia de la atención médica en el embarazo y en el parto.
En cuanto a su faceta como inventora, en 1910 Aleixandre registró una patente de dos pesarios metálicos. El pesario es un dispositivo que se usa para tratar de corregir el prolapso del útero que se produce generalmente a consecuencia del parto. El pesario se coloca en el interior de la vagina sosteniendo la matriz y sirviendo de apoyo a las vísceras abdominales que se encuentran sobre ella. Estos aparatos ya se conocían de la Antigüedad, habiéndose utilizado de diversos materiales y con diferentes diseños sobre todo para funciones anticonceptivas y abortivas. El pesario inventado por Aleixandre consistía en una anilla de aluminio con unos muelles de acero niquelado que permitían que se plegase facilitando así su inserción en la vagina sin tener que rasgar la vulva y evitando su caída una vez dentro. Además, se podía extraer con facilidad y limpiar cómodamente con antisépticos o hirviéndolo en agua. Aunque seguramente ella utilizó este invento con sus pacientes, la patente caducó en 1912 sin que el pesario llegara a fabricarse porque no pasó el trámite de puesta en marcha.
Además de todo lo anterior Concepción era una feminista muy comprometida y activa. Desde 1905 formó parte de la dirección de la Sección de señoras de la Unión Ibero-Americana de Madrid. Esta asociación quería conseguir mejoras en educación, salud y condiciones laborales para las mujeres.
Apoyó, en 1914, a Emilia Pardo Bazán en su candidatura de ingreso a la Real Academia Española.
Intervino en la creación de la Unión de Mujeres de España, organización a favor del sufragio.
En 1920, se la nombró presidenta honorífica de las Juventudes Universitarias Femeninas. También estuvo implicada en la fundación de la Cruzada de Mujeres Españolas, asociación que convocó la primera manifestación feminista de España, la cual tuvo lugar en 1921. Dicha manifestación se produjo ante las Cortes Generales y revindicaba igualdad de derechos entre hombres y mujeres en cuanto a participación en política y derecho a voto. También se demandaba la abolición de las leyes discriminatorias y la investigación de las paternidades irresponsables.
Concepción fue una de las socias fundadoras del Lyceum Club Femenino Español en 1926. En esta innovadora asociación libre de ideas políticas y religiosas, se impulsaba el desarrollo educativo, cultural y profesional de las mujeres. A través de todo tipo de actividades – económicas, científicas y artísticas – se fomentaba la unión de esfuerzos y la organización de obras sociales y conferencias, todo ello para llegar a un solo objetivo: abrir nuevos caminos a las mujeres en la sociedad de aquel entonces.
En 1928 fue promotora y presidenta de honor de la Asociación de Mujeres Médicas.
Concepción Aleixandre falleció en Valencia en 1952 a los 90 años de edad. Para más información, era la tía del poeta Vicente Aleixandre Merlo, Premio Nobel de Literatura en 1977.
Hace poco, en 2001, fue incluida entre las 100 mujeres del siglo XX que abrieron el camino a la igualdad en el siglo XXI por el Consejo de la Mujer de la Comunidad de Madrid.
Este artículo ha traído a mi mente una serie que yo solía ver en televisión en la década de los 90, “La doctora Quinn”. La serie, ambientada en el Oeste americano del siglo XIX, mostraba a una mujer, Michaela Quinn, que ejercía la medicina con total naturalidad en un pequeño pueblo ficticio, sin sorprender para nada los espectadores. Sin embargo, acabamos de ver cual era la realidad histórica de nuestro país en la misma época, las mujeres españolas ni siquiera tenían la posibilidad de acceder a los estudios superiores libremente, mucho menos de ejercer una profesión como la medicina. Aquello que percibimos o vemos como algo normal en televisión sería considerado descabellado o ciencia-ficción en la realidad española de ese momento. Es por esto que es imprescindible valorar el recorrido de pioneras como Concepción Aleixandre, lleno de obstáculos que vencer pero con un gran coraje y tenacidad para brindar oportunidades a las mujeres en un mundo que, hasta entonces, les había estado vedado. Su incansable labor médica, su faceta de inventora, su implicación en el movimiento feminista y su firme defensa de los derechos de la mujer la convierten en una figura clave para entender los avances hacia la igualdad en nuestro país.
Ana María Gutiérrez Vílchez
Referencias
- Wikipedia-Concepción Aleixandre.
- Mujeres con ciencia-Concepción Aleixandre.
- Julio Romano, La doctora Concepción Aleixandre. Un paladín glorioso del feminismo español, La esfera, 1928 (Hemeroteca BNE).
- Noelia Freire, Concepción Aleixandre, la ginecóloga española que promovió la medicina para todos, National Geographic España.
- Indismatic, Pasos de mujer Concepción Aleixandre.